jueves, 17 de agosto de 2017

Admiro a Colombia, país donde viví experiencias muy valiosas que, atesoro de mis años dorados, al fragor y el fulgor de una época efervescente, llena de vivencias, vallenatos, La Piragua, las escalpadas calles de Manizalez, el Ron Viejo de Caldas, el Aguardiente Cristal y La Soporrita del Capitán Bisbal, en Barranquilla. Sin dejar de mencionar los arrebatos amatorios en Medellín, y en Cali, la capital de la salsa. Cartagena de Indias es una "chivita" delante de esas ciudades mencionadas.

Pero sobre todo Barranquilla, con los pasadías en la casa de Samira, los encuentros con Shakira en ciernes, las parrandas y las guachernas, como parte de la contagiosa alegría de un pueblo rico en sus tradiciones y costumbres.

Esta semana se está celebrando las Fiestas del Atardecer de Santa Rosa de Osos, en Antioquia, a 74 kilómetros de Medellín.

Hay concursos de canción popular, festival de bandas, concursos de sancoicho, una caranvada de la alegría,  tarde campesina, festival de danzas, la carrera de observación, el desfile a todo motor, pirotécnia y espectáculos.

En Colombia hay muchas fiestas regionales, y hay que ver la dimensión que alcanzan, como si cada pueblo se preocupara por sobresalir y hacer de las mismas la mejor.

Todo ello forma parte de los detalles que hacen de Colombia una gran nación.

2 comentarios:

  1. La mejor coca es la de Cali. Que nota me daba y a un precio súper bueno.

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    1. Capo, ahora lo dices como anónimo, todos sabemos lo enviciado que estas con ese polvo y con los polvos mojados.

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NIURKA BAEZ,
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